25 de noviembre de 2010

Encuentros


       ¡Dale, pues! A que no te atreves…
       ¿Crees que no puedo?
       Demuéstralo entonces.
       Bueno, allá voy…

Claudio se levantó de su asiento, tratando de no perder el equilibrio, y caminó unos cuantos pasos hacia la parte trasera del autobús. Un repentino frenazo del conductor casi provoca que terminase con la espalda en el suelo, pero luego de recomponerse un poco, logró dar unos cuantos pasos más y aterrizar aparatosamente al lado de una muchacha.
Ella, por su parte, ya había notado que los dos jóvenes sentados cinco puesto más adelante volteaban a verla y hablaban entre ellos, por lo que no se sorprendió cuando uno de ellos se levantó e hizo la ya conocida travesía a través del pasillo del autobús.

       ¿Qué tal? -dijo Claudio después de retomar el aliento. Sus intentos de parecer natural no eran todo lo bueno que se esperaba- ¿Tú tienes un familiar que estudia en LUZ?

Ella pareció desconcertada por la pregunta. Después de un momento respondió.

       No.
       Ah -Claudio no esperaba esa respuesta. ¿Quién no tendría algún pariente, ya fuese hermano, hermana, tío, sobrino, nieto o primo cuarto que estudiase en LUZ? Todos en Maracaibo conocían por lo menos a alguna persona que estudiase en esa universidad- Y ¿tú no estudias ingeniería química? -se atrevió a arriesgar, pero la respuesta vino inmediata esta vez.
       No.
       Ah… Porque tienes cara de estudiar algún tipo de ingeniería -Claudio se dio cuenta de que estaba perdiendo terreno-. Disculpa, déjame empezar de nuevo: Es que eres muy bonita y probablemente esta sea la única vez en mi vida en que te vea, por lo que no quería perder la oportunidad de conocerte.

Ya las cartas estaban echadas. Claudio lo sabía y se dio cuenta de que se empezaba a sonrojar. Ella se le quedó mirando, con una media sonrisa que probablemente respondía al halago, pero que aún no prometía nada. Luego vio a Esteban, que se había quedado en su asiento y que ahora los miraba con curiosidad.

       ¿Y no se trata de una apuesta?

Claudio tampoco se esperaba esta, pero el ataque de sinceridad de unos momentos atrás parecía haberle dado ánimos para improvisar.

       No, esta vez no apostamos nada. Él quería, pero tratándose de ti, yo me negué.

Y luego, la sonrisa. Claudio la tenía siempre preparada; incluso la practicaba frente al espejo. Era una mezcla de picardía y un “apiádate de mí” que lograba imprimir con la comisura de los labios. Ella, al verla, no pudo menos que responder, esta vez con una sonrisa con todas las de la ley. Ciertamente él era guapo, y ella lo sabía desde el principio, pero no había querido fijarse sólo en eso. Ahora llegaba el momento de ceder un poco.

       Soy Eliana.
       Claudio. Es un placer -se estrecharon las manos.

* * *

       ¿Y entonces?
       ¿Entonces qué…?
       ¿Lo tienes?

       Claudio revisó entonces uno de sus bolsillos y sacó un pequeño papel doblado. Uno de los bordes tenía una banda rosada y decía “Alpes”. Al abrirlo, Esteban pudo ver escrito, con una muy buena letra femenina, un número telefónico. Entonces arrugó el papel y lo arrojó bien lejos.

       ¡No puedo creerlo! No hay una que se te escape.
       Bueno, es cierto, pero yo creo que ésta era especial.
       ¡Qué molleja! ¿Hablaste con ella unos quince minutos y ya crees que te enamoraste?
       No, no sé… No sé…
–   ¡Ja, eres un peligro! Vamos pues, que te tengo que brindar tu cerveza...

10 de noviembre de 2010

Video apertura MINUR 2008


Este es un video que edité para el primer Modelo Interno de las Naciones Unidas del Liceo Los Robles, efectuado en mayo de 2008. El tema a discutir durante el evento era el terrorismo, y necesitaban un video que hiciese las veces de abreboca para los delegados asistentes. Fue, por decirlo así, mi opera prima en lo que a materia de edición de video se refiere.



A mi parecer quedaron unos cuantos detalles que podían haberse corregido, pero el evento se nos venía encima, así que lo dejamos tal cual lo pueden ver. De todas maneras creo que se cumplió el objetivo.

Si les interesa, el fondo musical es Bosnia, de Cranberries, uno de mis grupos favoritos. Espero que les guste.

LAC

4 de noviembre de 2010

Folleto El Paquetazo 2010





Estas son las imágenes de un folleto que me encargaron. La anterior muestra cómo se ve la portada. Espero que las ilustraciones ayuden a comprender cómo se abre y se arma el folleto. Pueden hacer "click" en la imágenes para verlas con más detalle.

Apenas se abre la portada, se ve la introducción.

 


Este es el folleto completamente desplegado.


Los créditos de las fotos son de el Arq. Gabriel Alcalde y el Lic. Miguel Dorta (¡Excelentes fotos!). El profesor Gabriel Gutiérrez me ayudó a pulir el diseño y los textos. ¡Gracias a todos!

Aquí les dejo por último la contraportada del folleto:



Espero que les haya gustado. Si tienen alguna sugerencia, no duden en acotarla.

23 de octubre de 2010

Trabajo Cumplido

Andrea Padrón caminaba por la acera de una de las tantas calles de La Castellana. Iba, como siempre, con su falda larga y sus sandalias altas, tan de moda entre las jovencitas; el cabello castaño le caía sobre los hombros y le cubría las orejas, los lentes de pasta negros le daban un aspecto serio. Todo el conjunto era rematado por un bolso que combinaba con el color de su blusa.
Era bastante temprano en la mañana y, aun así, había unos cuantos carros por las calles. De vez en cuando pasaba alguno con un ejecutivo en su interior o alguna madre con sus tres criaturas; hubo incluso un hombre que se atrevió a lanzarle un piropo a la muchacha mientras pasaba cerca de ella con su moto, pero ella ni se inmutó, simplemente lo miró de reojo por encima de sus lentes, se llevó la mano al oído y continuó su camino con el rostro impasible.
Caminó unas dos cuadras más y al pasar frente a un edificio de ladrillo y concreto, la saludó Rosita, la conserje, con su particular acento colombiano. Andrea le devolvió el saludo con una sonrisa de las que sólo ella sabía hacer. Se venían viendo desde hacía unos dos meses en los que Andrea hacía diariamente ese mismo recorrido de su apartamento al parque. Rosita le hizo algunas preguntas acerca de su mudanza, y ella respondió que había conseguido un trabajo en el interior del país. Al final se despidió de ella, se llevó la mano al oído y apretó el paso, murmurando algo acerca de haber salido unos segundos más tarde.
Ya estaba llegando al semáforo. Su paso había vuelto a ser normal y ahora se fijaba en la calle al final de la cuadra, en la que no había ningún carro. Andrea prestó atención a la luz verde del semáforo y ésta, casi como obedeciendo a un deseo, cambió a amarillo. La muchacha hizo un gesto de satisfacción; luego se volvió a llevar la mano al oído y volteó a ver, a su derecha, el Mercedes azul que se acercaba bajando la calle.
La luz cambió a rojo y el Mercedes se detuvo casi al mismo tiempo que Andrea llegaba al final de la acera, quedando frente a la ventana abierta por la que se veía a un hombre grueso embutido en un traje de unos cuantos miles de dólares. La muchacha revisó entonces su bolso, sacó una pistola con silenciador y le disparó al hombre, dándole el tiempo justo para que viese su bonito rostro antes de que la bala traspasase su frente.
Andrea Padrón guardó su pistola sin mostrar gesto alguno, se arregló el cabello, dejando entrever un pequeño audífono en el oído derecho, murmuro un "¡Hecho!" y siguió su camino. Nadie la volvió a ver en Caracas nunca más.